Si tiene várices grandes, es posible que la cirugía sea la mejor opción. Pero esta no impedirá la formación de nuevas várices. La cirugía suele hacerse en un hospital o en un centro quirúrgico como procedimiento ambulatorio.
Cirugía para las várices
La cirugía se adaptará a sus necesidades. Las várices pueden atarse (ligadura), destruirse o extirparse (quitarse). Luego la sangre circulará a través de las venas sanas. Puede que se utilicen una o más de las siguientes técnicas:
Flebectomía (extirpación venosa) con ligadura
En los casos más graves, cuando hay venas más grandes y más profundas afectadas, es posible que el cirujano haga una ligadura en las venas y las extirpe a través de cortes más pequeños en la piel. Las ramas pequeñas de la vena también pueden ligarse o bien extirparse. Este procedimiento es más doloroso y puede requerirse una recuperación más larga que con las otras opciones de tratamiento. En general, la extirpación venosa y la ligadura se recomiendan solo para personas que no pueden recibir tratamiento con un procedimiento menos invasivo.
Microflebectomía o flebectomía ambulatoria
Se utiliza un gancho especial para extraer suavemente una várice a través de incisiones diminutas. La microflebectomía puede hacerse en el consultorio del proveedor de atención médica.
Escleroterapia
El proveedor de atención médica le inyectará una sustancia química especial dentro de la várice que cerrará la vena rápidamente desde su interior. Esto es especialmente útil para las venas más pequeñas.
Extirpación
Se puede extirpar la vena, en parte o en su totalidad, con un instrumento de extirpación.
Ablación (láser o radiofrecuencia)
Se hace un corte diminuto en la piel cerca de la várice. Se introduce por una vena un pequeño tubo llamado catéter. Se aplica energía o el calor liberado del catéter para que las paredes venosas colapsen y se adhieran entre sí. Esto detiene todo el flujo de sangre por la vena.